El Parque Nacional del Teide tiene una muy baja humedad relativa en cualquier época del año y junto a la escasez de precipitaciones, le conceden una aridez difícilmente comparable a otras áreas de alta montaña. El clima exclusivo de esta zona le hace aparecer totalmente blanco en invierno, cubierto de vivos colores en primavera y tremendamente árido y seco en verano.
En este variado entorno nos encontraremos con un amplio número de especies únicas, como el lagarto tizón y el perenquen al que la tradición popular asocia a la buena suerte. En nuestro recorrido podremos observar el pinzón azul, el cernícalo común, el alcaudón real, el bisbita carnicero o el canario. En contraste con esta impresionante estampa se encuentran los Parques Rurales de Teno y de Anaga con los frondosos bosques de laurisilva, impresionantes acantilados y profundos barrancos.