Parece increíble que a apenas a unos kilómetros de una gran capital como es Madrid pueda existir un lugar tan hermoso, con tanta magia y con rincones con tanto encanto como el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Todo un oasis de paz para huir de la vorágine de la ciudad, para conectar con la naturaleza, para pasear, esquiar y disfrutar de momentos únicos y especiales.
Declarado como Parque Nacional en 2013, ocupa casi 34.000 hectáreas de Sistema Central repartidas entre las provincias de Madrid y Segovia. Un territorio coronado por el pico Peñalara, con sus 2.428. Pero muy de cerca le siguen los picos de la Cuerda Larga, que se mantienen alrededor de los 2.300 metros.
Un parque de riqueza increíble. El él se encuentran la Reserva de la Biosfera Real Sitio de San Ildefonso-El Espinar, varias zonas ZEPA, humedales de importancia como el de Peñalara o zonas rocosas tan impresionantes como La Pedriza.
Para disfrutar plenamente del parque hay nada menos que cinco centros de visitantes: El de Peñalara en Rascafría, el del Valle de la Fuenfría en Cercedilla, el de La Pedriza en Manzanares el Real, el del Valle del Paular en Rascafría y el del Valle de Valsaín en el municipio de Valsaín.
En ellos se puede recabar toda la información necesaria para recorrer el parque, un parque que cuenta con infinidad de senderos perfectamente señalizados y de diferente nivel de dificultad para que nadie se quede sin disfrutar de toda su belleza. Se pueden hacer rutas con niños, rutas para admirar la riqueza vegetal de la zona, para conocer mejor su geomorfología o incluso rutas ornitológicas.
Y si solo se quiere disfrutar de la magnificencia del paisaje, el Parque Nacional cuenta en todo su recorrido con magníficos miradores que harán que uno se sienta verdaderamente pequeños en comparación con la inmensidad de las montañas del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama.