La isla de Lanzarote es la más
septentrional y oriental de todo el archipiélago canario.
Es, de
todas, la isla que mayor impresión produce, ya que
se encuentra recorrida
por multitud de líneas con hasta más de cien bocas volcánicas
inactivas, aunque también es posible contemplar otros
depósitos latentes que aún emanan su energía oculta
manifestándose como calor y llamas. Por ello, el
descubrimiento de este paisaje lunar nunca deja indiferente al
viajero. Sin duda, todo un espectáculo natural irrepetible en
el mundo conocido.
También, su extraña
configuración hace de este paisaje insular un espectáculo
único para disfrutar ininterrumpidamente desde el amanecer
hasta bien entrada noche, dada su cambiante apariencia y las
distintas opciones que brinda la isla, cuyo
origen se encuentra en el mismo fuego de sus entrañas. Tras
recorrer con paso calmado las punzantes crestas de lava, el
paseo se convierte en una experiencia difícilmente superable e
inolvidable para los amantes del contacto con la naturaleza.
Itinerarios pausados que se acompañan de fábulas, inquietantes
leyendas y supersticiones.
En Lanzarote,
aficionados al senderismo y otras actividades al aire libre
encuentran su mejor aliado en la bondad de su climatología,
con unas temperaturas a lo largo de todo el año idóneas para
la práctica de cualquier actividad en la superficie o en el
mar.
La mirada atenta del
volcán “La tierra se abrió de pronto cerca de
Yaiza. La lava se extendió hacia el norte, al principio con
tanta rapidez como el agua, pero bien pronto su velocidad se
aminoró y no corría más que como la miel. La masa de lava
llegó y destruyó en un instante los lugares de Maretas y Santa
Catalina, situados en el valle. La lava siguió corriendo seis
días seguidos con un ruido espantoso y formando verdaderas
cataratas. La oscuridad producida por la masa de cenizas y el
humo que cubría la isla forzaron una vez más a los habitantes
de Yaiza a tomar la huída. Se vio elevarse una inmensa montaña
que el mismo día se hundió en su propio cráter con un ruido
espantoso y cubrió la isla de cenizas y piedras…” Así relataba
el cura de Yaiza, don Andrés Lorenzo Curbelo, las fuertes
erupciones que se produjeron en el siglo XVIII.
Fue en 1824, casi
un siglo más tarde cuando aconteció la última manifestación
volcánica en la isla de Lanzarote, formándose los volcanes de
Tao, Tiguatón y Nuevo. Erupciones más leves, pero que no
obstante también se presentaron con las temibles y amenazantes
columnas de agua hirviendo.
Paseando
entre las lavas ¿Qué pensarían el cura de Yaiza
y sus vecinos al ver que este agresivo paisaje, lejos de
atemorizarnos, nos impresiona, nos atrae y nos invita a
recorrer?.
Las erupciones de
entonces afectaron principalmente a la parte occidental de la
isla, en cuyo corazón se encuentra el Parque Nacional de
Timanfaya con las Montañas de fuego. La carretera que une las
localidades de Tinajo y Yaiza nos facilita la aproximación a
este mundo de fuegos, lavas y cenizas. La carretera de Yaiza
hacia la costa permite disfrutar del aspecto que ofrecen las
coladas negras sobre las que es casi imposible caminar, por su
superficie áspera, rugosa y puntiaguda. Un conjunto de color
ocre, rojo y negro provocado por las últimas
erupciones.
Entre otros
posibles itinerarios, más o menos concurridos, es habitual la
subida a las Montañas de Fuego. Durante el recorrido se dejan
ver los impresionantes cráteres o bocas de un mismo volcán,
que, aunque en apariencia inactivo, sigue calentando con su
fuego inacabable las entrañas de la tierra. Al final del
recorrido, en Islote de Hilario, puede contemplarse como arde
la leña enterrada a tan solo un metro de la superficie, o
también como hierve el agua fría al penetrar en el subsuelo.
Muchas otras rutas
esperan en esta isla, expresión contundente de geología pura,
paisajes submarinos y lunares, de transparentes aguas, tierras
sedientas, oasis de palmeras y convivencia en armonía del
hombre y la naturaleza.
La capital de la
isla es Arrecife, que, como su propio nombre indica, está
bordeada de una costa rocosa y agreste que limita con un mar
de tranquilidad, riquísimo en especies marinas. Cerca de
la capital, también se encuentra Costa Teguise, éste
es el
punto de partida aconsejable y equidistante para recorrer sin
prisas y descubrir la magia de los volcanes.
Visitas guiadas a los volcanes del
Atlántico Otra manera distinta de recorrer
Lanzarote es la propuesta que ofrece Allacaravan. Llegar a sus
rincones más espectaculares caminando por sus espacios
naturales: Parque Natural de Los Volcanes, La Geria de los
Vinos, El Risco de Famara, Monumento Natural de La Corona y el
Parque Natural y Reserva Marina del Archipiélago Chinijo.
Visitando estas zonas andando y en todo terreno para descubrir
y disfrutar de su flora, la fauna y sus sorprendentes
formaciones geomorfológicas.
Navegando
recorreremos la reserva marina, donde disfrutaremos del baño y
las inmersiones con snorkel. Seremos testigos de algunas de
sus costumbres ancestrales como los tejados inclinados de la
localidad de Uga para recoger el agua de lluvia en un aljibe
donde se cría el “Saltón”, una especie de hongo depurador, que
hace que el agua resulte potable. Veremos las especiales
construcciones para el cultivo de la vid, de la que podremos
degustar en forma de vino junto con los excepcionales pescados
de la isla.
Más información:
Tel.: (+34) 91 869 30 07
www.allcaravan.es >>>
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